Lo que si se advierte es que la tendencia ha sido a la disminución año tras año. Según el profesor Jefferson Galeano Martínez debido a que bien puede tratarse de familias menos numerosas en Colombia y por el hecho de optar algunos padres de familia por estructuras alternas a la educación tradicional y también debido a la deserción escolar. Para Galeano también se trata de cambios de paradigmas culturales y sociales que hay que tener en cuenta.

Para el Ministerio de Educación nacional según el SIMAT la tasa de deserción si bien ha venido disminuyendo, oscila aproximadamente en promedio en un 3% anual.

Pero lo importante no es limitarse a la cobertura del sistema en todos los niveles, sino lo fundamental es detenerse en la calidad de la educación que se ofrece; entendiendo ésta, como la pertinencia del currículo que se enseña con la realidad social, cultural, económica, y política del país; si éste se está direccionando hacia el tipo de hombre o ciudadano que queremos formar para la vida y para la profesión u oficio es decir para el trabajo y el tipo de principios y valores que el ciudadano debe esgrimir en las dinámicas en todos los órdenes que demanda el país.

A pesar de que Colombia ha transformado significativamente su sistema de educación en las dos últimas décadas estamos enfrentados a desafíos críticos:

1. Altos niveles de desigualdad desde los primeros años de educación reflejado principalmente en la brecha entre educación rural y urbana y en el bajo nivel de cobertura en el nivel de preescolar que es básico para estructurar en el estudiante su estimulación temprana, el desarrollo sicomotor y su capacidad cognoscitiva, afectiva y de socialización.

2. Bajo nivel de calidad en el sistema educativo. Como la educación de hoy en día se basa en el método científico que pretende que los alumnos aprendan no solo a pensar, sino a actuar, predecir, resolver problemas, tener pensamiento crítico es fundamental el trabajo en equipo para intercambiar ideas y fomentar la cooperación, circunstancias que al interior de las instituciones educativas vienen siendo seriamente cuestionadas.
La calidad también está ligada a una deficiencia en la calidad de la formación de los educadores, de no pertinencia de la enseñanza con el entorno, el bajo presupuesto de los municipios y departamentos para educación; la deficiente infraestructura física, entornos inseguros, consumo de alucinógenos, bajo interés educativo de alumnos y padres de familia y pérdida de autoridad de directivos y maestros.

Ante esta realidad, se requiere revisar a fondo y aplicar un sistema de evaluación a todo nivel: docentes, directivos, alumnos, padres de familia, autoridades, para en conjunto tomar las decisiones respecto a los contenidos curriculares presentes y futuros de acuerdo a las nuevas realidades, dinámicas del conocimiento y desarrollo tecnológico universales y locales para reorientar con base en estas nuevas circunstancias el tipo de sociedad, de país, y de alumno que necesitamos formar.

Se debe reorientar la educación a una mayor investigación, confrontación de ideas y conceptos al interior de las aulas escolares, redimensionar la formación en principios y valores y proporcionarles habilidades y conocimientos necesarios para desarrollarse como persona y como integrantes de una sociedad en permanente cambio. Educar para la vida y para el trabajo, valoración de lo nuestro, educar para el cambio, para la democracia en el sentido estricto de la palabra, para la flexibilidad , para la justicia, la seguridad y la libertad .Es decir, contribuir a la formación de los ciudadanos que hagan realidad los principios y valores contenidos en la Constitución política tales como la libertad, la participación, la responsabilidad personal y social , el buen uso de la información, la solidaridad, la legalidad de sus actos para tener ciudadanos comprometidos activamente con la vida social, política, cultural y económica de Colombia.Si no se educa al niño, al adolescente, al joven y al adulto se están abriendo espacios para la falta de oportunidades, desempleo, o empleo informal, la delincuencia, la drogadicción, empleos mal remunerados, todas estas situaciones que se convierten en caldo de cultivo para el delito en todas sus formas y manifestaciones.

Es desde esta óptica que los clubes rotarios debemos redoblar esfuerzos para estar colaborando desde el interior de nuestra organización para abrir puertas y así darle oportunidad a jóvenes de escasos recursos y empoderar a las comunidades para que apoyen la educación en el marco de nuestra dedicación colectiva a hacer bien en el mundo.